Simplemente el
problema radica en esperar del otro, una actitud, una mirada, un paso, un llamado...lo que sea.
Piensen cuánta mala
sangre, canas, llantos, decepciones nos ahorraríamos por no esperar del otro (y
no lo digo en sentido de género)
Cuántas veces tu
humor cambió por ese bendito hombre que no te dejo pasar en la fila atestada de
gente...por ese mensaje que recibiste pensando que era de x persona y terminó
siendo movistar o anda a saber qué promoción en la que te ganaste un 0 km. Cuántas
veces aseguraste que alguien te iba a dar una mano y lo único que hizo fue
empujarte -y no en el buen sentido- o bien encargarse de ponerte el palo en la
rueda.
El problema del ser
humano no radica sólo en subestimar situaciones o personas y pensar que las
puede manejar de "taquito", sino (también) en sobreestimar iguales condiciones
y personas y pensar que el desenlace será a tu favor. Conclusión no subestimes
pelotudos...pero tené más cuidado en no sobrestimar soretes. A veces estas tan
cerca que no tenés la perspectiva justa como para reconocerlos. Tomá distancia,
evaluá, evaluate y actuá, sin depender...al fin y al cabo terminás siendo
siempre vos y tu equipaje. La gente pasa, se queda por temporadas cortas o no
tanto, pero al fin y al cabo se va, hay que hacerse valer solitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario