"Cuando teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas"

sábado, 2 de febrero de 2013


VOS CORRES EL DOBLE Y YO TE ESPERO LA MITAD
Lo mira, lo observa fascinada. Lo recorre con su mirada de arriba a abajo; de adentro hacia afuera. Se lo conoce de memoria.
A cada momento, se cuelga de sus pensamientos, y comienza a balancearse en ellos... esto le trae gratos recuerdos, frases, la hace sentir y estremecer; le genera mil sensaciones.
Lo imagina siendo, haciendo, dejando.
Lo imagina siendo dulce, sensible, sabe que es algo posible; en un pasado así era.
Lo imagina haciendo mimos, caricias. Buscando la manera de acercarse a ella; sería mágico, da con el perfil de hombre sensible y protector.
Lo imagina dejando sus miedos de lado, historias pasadas, justamente donde corresponden, atrás...en el pasado. Lo imagina dejándose querer, cuidar, proteger, amar, aceptar; ella podía hacer todo eso. Podía aceptarlo tal cual era, por que lo quería así, loco, soñador, revolucionario.
Ella podía hacer un millón de cosas hermosas, solo que él no daba el O.K.
Y cuando caía en la cuenta, él estaba ahí, seguía ahí, en frente suyo; tan perfecto y adorable, como asustado y cerrado.
En ese instante el miedo la tomaba por completo, invadía su cuerpo, temía que una sonrisa se le haya escapado, que su tono de voz y mirada desnudaran sus sentimientos, dejándola al descubierto. Ella estaba enamorada. Él lo sabía.
Y en ese momento es cuando de repente... ese terror desaparecía... no había mucho para esclarecer, nada para desnudar. Ella se despabila, le echa pesticida a sus pensamientos. Ahí es cuando le habla sin miedos. Ahí es cuando se anima a rozarlo, a mirarlo, a quererlo y a demostrarlo con los ojos, palabras, movimientos... ahí es cuando se anima a demostrar, a distancia, pero demostrar al fin. Ahí es donde lo espera siempre. Ahí es donde el círculo vicioso vuelve a comenzar.

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