Cómo te extraño nena, no sabes lo embobado que estoy. Me siento fuerte y débil a la vez, quizá eso sea el amor.
Te veo brillar en espontáneo y se me parte en 2 el cráneo, desbaratas mi seducción, y en tú sonrisa hay más de lo que se merece.
No sé si pueda llegar al final con esta sensación,
más bien puede que el final llegue a mí,
no me alcanzan si estoy contra mí.
Da pánico estar vulnerable, nunca nadie me sonrió así.
Pasó lo peor de la tormenta y no me voló el peluquín, necesito contarme alguna historia que haga surgir algo del fin.
Y como parte de mí, el fin concluye pero no sin transformarse en el camino. ¿De qué color serías falso destino si muriéndome lo nuestro se destruye?